MAURICIO QUERIDO: ¡FELIZ CUMPLEAÑOS, EN TU NUEVA VIDA!
NO HAY DISTANCIAS... CUANDO EL AMOR NOS UNE,¿VERDAD, HIJO MÍO? PUEDE RECORRER MILES DE KILÓMETROS... PUEDO DETERME ANTE UNA PUESTA DEL SOL, MIRAR LOS COLORES DE UN BELLO ATARDECER... Y ESPERAR LA NOCHE... PARA OBSERVAR ANODADADA, EL FULGOR DE MILLONESS DE ESTRELLAS... Y NO HAY DISTANCIAS, MI VIDA, PARA PRODIGARNOS EL AMOR QUE NOS UNE, MUY CERCANO AL CIELO, MUY CERCA DE DIOS. AQUÍ, EN LA TIERRA, ADONDE TODAVÍA ME ENCUENTRO... ESPERANDO,ESPERANDO... QUE TAL VEZ UN DÍA, SEGURO PODREMOS ABRAZARNOS Y SENTIR EN MI REGAZO, EL CALORCITO DE MADRE E HIJO. Y NO HAY DISTANCIAS, HIJO MÍO. ¡ESTAMOS JUNTOS!
SOPLAN FUERTES VIENTOS CON SONIDOS MUSICALES; EL SOL ACARICIA MI PIEL; MIS OJOS YA NI SIQUIERA SIENTEN, SI ES ARDOR O DOLOR, SI SON LÁGRIMAS O NO.
¿CUÁNTOS AÑOS YA PASARON? ¿CUÁNTOS KILÓMETROS DESANDADOS? ¿CUÁNTO CAMINO RECORRIDO?... Y SIEMPRE TÚ, ANUNCIÁNDOTE, ÁNGEL MÍO. Y YO... ESPERÁNDOTE... NO HAY DISTANCIAS, HIJO AMADO...
sábado, 14 de agosto de 2010
jueves, 17 de junio de 2010
PARA UNA PRINCESA
Un bello atardecer
de un día frío
de invierno.
Anunció tu llegada.
Estaba naciendo...
una hija primogénita.
¡Qué dulce nombre
eligieron!
ORNELLA NATALIA
Pequeña princesa.
¡Cuánto amor!¡Cuánta ansiedad!
¡Cuánta alegría!, para recibirte.
Y muchos brazos...
para acunarte...
Como el agua cristalina,
tus bellos ojos azules.
¡Y eran tan azules, como el mar!
Con el tiempo, se convirtieron.
En un verde sin igual.
Tan chiquitita y bella.
Así eras tú.
Mi pequeña y gran princesa.
¡Qué felices estábamos.
con tan sólo tenerte...!
Como páginas de
un cuento de hadas.
así fuimos hojeando
cada una de ellas.
Para descubrir,
tu pequeñez...
En este, tu mundo infantil.
Hoy estamos de fiesta:
¡Es tu cumpleaños!
ORNELLA NATALIA
Ya siete años..
te visten de gala...
Ya tus ojos de asombro,
encandilan
tu mirada... con inocencia infantil.
Hoy como ayer:
haditas, princesas, libélulas, escarabajos...
Todo se enciende
de luz y color.
Porque en este
mundo mágico
... una princesa...
se viste de fiesta.
Desde el cielo tus angelitos
encienden las estrellas.
Y junto al Niño Jesús,
te deseamos:
¡¡FELIZ CUMPLEAÑOS!!
ORNELLA NATALIA
Para mi nieta adorada, en el día de su cumpleaños
24 de Junio de 2010
Blanca Lidia Adamo ( Escritora). Santiago del Estero. Argentina
de un día frío
de invierno.
Anunció tu llegada.
Estaba naciendo...
una hija primogénita.
¡Qué dulce nombre
eligieron!
ORNELLA NATALIA
Pequeña princesa.
¡Cuánto amor!¡Cuánta ansiedad!
¡Cuánta alegría!, para recibirte.
Y muchos brazos...
para acunarte...
Como el agua cristalina,
tus bellos ojos azules.
¡Y eran tan azules, como el mar!
Con el tiempo, se convirtieron.
En un verde sin igual.
Tan chiquitita y bella.
Así eras tú.
Mi pequeña y gran princesa.
¡Qué felices estábamos.
con tan sólo tenerte...!
Como páginas de
un cuento de hadas.
así fuimos hojeando
cada una de ellas.
Para descubrir,
tu pequeñez...
En este, tu mundo infantil.
Hoy estamos de fiesta:
¡Es tu cumpleaños!
ORNELLA NATALIA
Ya siete años..
te visten de gala...
Ya tus ojos de asombro,
encandilan
tu mirada... con inocencia infantil.
Hoy como ayer:
haditas, princesas, libélulas, escarabajos...
Todo se enciende
de luz y color.
Porque en este
mundo mágico
... una princesa...
se viste de fiesta.
Desde el cielo tus angelitos
encienden las estrellas.
Y junto al Niño Jesús,
te deseamos:
¡¡FELIZ CUMPLEAÑOS!!
ORNELLA NATALIA
Para mi nieta adorada, en el día de su cumpleaños
24 de Junio de 2010
Blanca Lidia Adamo ( Escritora). Santiago del Estero. Argentina
miércoles, 10 de marzo de 2010
Y la princesita eligió... ¡la vida!
Parecía un sueño.
Había nacido una princesita.
¡Tan chiquita, dulce y angelical!
Así eras tú... mi dulce princesa.
¡Cuántos esperábamos tu llegada!¡Cuánta ansiedad, por ver tan sólo,
que ya formabas parte de,
nuestro mundo!
...¡ Ya pasaron ocho años!
Ya eres una niña...
inteligente, bonita, dulce y soñadora.
Sí, MARTINA, mi princesa, ¡ eres soñadora!
La vida te dió, ¡ tantos dones!
para hacerlos realidad.
Por eso, hoy, en este día tan especial:
¡Dá gracias a Dios!
Y entre hadas y princesas,entre sueños y risas...
¡eres una reina...de éste...
nuestro mundo...tan real!
Blanca Lidia Adamo
Dedicado a mi nieta Martina Rojas, en el día de su cumpleaños; con todo el amor que siento por ella.
23/02/ 2010
sábado, 16 de enero de 2010
sábado, 9 de enero de 2010
CARTA A MI MADRE
Hoy tengo ganas de escribirte una carta: Mamá.
Quiero que sepas, tú que todo lo ves, que lo sabes y conoces; quiero decirte cuanto te extraño, cuanto siento tu ausencia, tu dulce compañía, madrecita mía.
Tal vez no alcances a comprender, ¡cuánto duele tu ausencia, mamá! Eras para mí: pilar, refugio, consuelo. Eras, mamá, mi permanente compañía.
Tenía sentido volver a casa, tenía sentido el día a día vivido desde el tiempo que dura cada mañana, cada atardecer, cuando el sol se pone, acariciando el cielo con una paleta con mil colores.
Y si es que acaso, tú creías que a mí no me importaba; de verdad había una razón para volver a casa. Ya no eran mis hijos los que me necesitaban y a los que necesitaba; sino eras tú la razón de mi existir. Yo sabía que necesitabas de mi presencia como tú de la mía.
Cuantos momentos supimos superarlos juntas, porque vos mamá fuiste en esta vida: primero mi madre que me trajiste al mundo, ¡cómo no agradecerte si me diste la vida!... más tarde, cuando llegaron mis hijos fuiste vos la que estuviste siempre a mi lado. Y cuando los avatares de la vida quisieron que no estuviera en mi casa, estuviste a mi lado porque sabías que te necesitaba…
¡Cómo no recordar ese día fatídico, en el que la vida se llevó a Mauricio! ¡No sabía cómo avisarte, mamá!… estuviste a mi lado llorando amargamente, la muerte de un hijo amado… siempre vos a mi lado.
¡Qué tristeza nos daba mirarnos los rostros! - ¿No es cierto mamá? No había nada que decir… tan solo llorar y consolarnos mutuamente. Recuerdo que apenas balbuceabas: ¿Por qué Dios no me llevo a mí?, como queriendo justificar la partida de tu nieto. Y vos sabías, que no era Dios el culpable de su muerte, que es la vida, mamá.
Po eso, hoy quiero decirte, que también la vida se llevó a mi madre y ¡qué sola me dejó en casa! Aunque sé que tengo tres ángeles que miran por mí e interceden ante Dios Padre.
Además tengo hijos y nietos por quien vivir. Y como vos decías mamá. ¡Ya está, hija, ya está!, de alguna manera querías ayudar a que el dolor sea… menos dolor- ¿no es cierto?- mamá.
¡Cómo te extraño, mamá! –Es difícil la soledad… es difícil estar sola en casa, madrecita amada. ¿Recuerdas, cuándo te reclamaba? -¿por qué no me besas mamá? Y siempre pones tu rostro cuando quiero darte un beso. No sé por qué tanto lo añoraba; será que necesitaba la serenidad, que sólo puede darlo el beso de mamá.
Gracias, mil gracias, por todo lo que me diste, por todo el tiempo que estuviste a mi lado, gracias, mil gracias por el amor que prodigaste.
Serás por siempre mi estrella, mi pilar, madre amada. Y cuando la eternidad vuelva a reunirnos, en ese reencuentro de madre e hija. Tan sólo Dios lo sabrá ¡Qué felices seremos, mamá!
¡TE AMO… MADRE MÍA, CON TODA MI ALMA, CON TODO EL CORAZÓN DE HIJA AMADA.
HASTA SIEMPRE
Tu hija!
Blanca Lidia Adamo ( Escritora)
Octubre de 2009
Hoy tengo ganas de escribirte una carta: Mamá.
Quiero que sepas, tú que todo lo ves, que lo sabes y conoces; quiero decirte cuanto te extraño, cuanto siento tu ausencia, tu dulce compañía, madrecita mía.
Tal vez no alcances a comprender, ¡cuánto duele tu ausencia, mamá! Eras para mí: pilar, refugio, consuelo. Eras, mamá, mi permanente compañía.
Tenía sentido volver a casa, tenía sentido el día a día vivido desde el tiempo que dura cada mañana, cada atardecer, cuando el sol se pone, acariciando el cielo con una paleta con mil colores.
Y si es que acaso, tú creías que a mí no me importaba; de verdad había una razón para volver a casa. Ya no eran mis hijos los que me necesitaban y a los que necesitaba; sino eras tú la razón de mi existir. Yo sabía que necesitabas de mi presencia como tú de la mía.
Cuantos momentos supimos superarlos juntas, porque vos mamá fuiste en esta vida: primero mi madre que me trajiste al mundo, ¡cómo no agradecerte si me diste la vida!... más tarde, cuando llegaron mis hijos fuiste vos la que estuviste siempre a mi lado. Y cuando los avatares de la vida quisieron que no estuviera en mi casa, estuviste a mi lado porque sabías que te necesitaba…
¡Cómo no recordar ese día fatídico, en el que la vida se llevó a Mauricio! ¡No sabía cómo avisarte, mamá!… estuviste a mi lado llorando amargamente, la muerte de un hijo amado… siempre vos a mi lado.
¡Qué tristeza nos daba mirarnos los rostros! - ¿No es cierto mamá? No había nada que decir… tan solo llorar y consolarnos mutuamente. Recuerdo que apenas balbuceabas: ¿Por qué Dios no me llevo a mí?, como queriendo justificar la partida de tu nieto. Y vos sabías, que no era Dios el culpable de su muerte, que es la vida, mamá.
Po eso, hoy quiero decirte, que también la vida se llevó a mi madre y ¡qué sola me dejó en casa! Aunque sé que tengo tres ángeles que miran por mí e interceden ante Dios Padre.
Además tengo hijos y nietos por quien vivir. Y como vos decías mamá. ¡Ya está, hija, ya está!, de alguna manera querías ayudar a que el dolor sea… menos dolor- ¿no es cierto?- mamá.
¡Cómo te extraño, mamá! –Es difícil la soledad… es difícil estar sola en casa, madrecita amada. ¿Recuerdas, cuándo te reclamaba? -¿por qué no me besas mamá? Y siempre pones tu rostro cuando quiero darte un beso. No sé por qué tanto lo añoraba; será que necesitaba la serenidad, que sólo puede darlo el beso de mamá.
Gracias, mil gracias, por todo lo que me diste, por todo el tiempo que estuviste a mi lado, gracias, mil gracias por el amor que prodigaste.
Serás por siempre mi estrella, mi pilar, madre amada. Y cuando la eternidad vuelva a reunirnos, en ese reencuentro de madre e hija. Tan sólo Dios lo sabrá ¡Qué felices seremos, mamá!
¡TE AMO… MADRE MÍA, CON TODA MI ALMA, CON TODO EL CORAZÓN DE HIJA AMADA.
HASTA SIEMPRE
Tu hija!
Blanca Lidia Adamo ( Escritora)
Octubre de 2009
LA VIDA
Cuanto camino recorrido entre los avatares de la vida, cuanta vida vivida cada día entre llanto, tristeza y alegría. Pero cuantas piedras en el camino por sortear; cuantas palabras no dichas, no expresadas, aún siquiera en voz baja… y guardadas en el corazón.
¡Hay vida! Eres tan breve como un suspiro, pero tan larga como la inmensidad del mar.
¡Cuántos momentos vividos entre risas y llantos, hoy vienen a mi memoria para escribir un calendario…!cuando nacieron mis hijos, cuando eran tan pequeños y cuando en el inexorable transcurrir del tiempo, sus vidas fueron cambiando. Y hoy ya en la universidad… y hoy ya con sus frutos del amor.
A veces… eres tan cruel vida mía, que sólo la fe y el amor me permiten continuar, seguir caminando… seguir expresando en voz alta: ¡gracias… gracias… gracias!
Y gracias por todo lo concedido, por todo lo vivido…por todo lo que me has regalado, vida mía,… aún con recuerdos y ausencias.
¡Cuánta fe, cuánta fortaleza y cuánto coraje!...; para transformar una lágrima en sonrisa, un dolor en un gran amor… Es esta mano extendida, este corazón noble y generoso que hace que las situaciones… sean diferentes…que la felicidad de nuestros seres amados, sea “nuestra felicidad”. Que lo entregado, desde el corazón, sea la puerta siempre abierta a esta breve, pero intensa vida…
Cuanto camino recorrido entre los avatares de la vida, cuanta vida vivida cada día entre llanto, tristeza y alegría. Pero cuantas piedras en el camino por sortear; cuantas palabras no dichas, no expresadas, aún siquiera en voz baja… y guardadas en el corazón.
¡Hay vida! Eres tan breve como un suspiro, pero tan larga como la inmensidad del mar.
¡Cuántos momentos vividos entre risas y llantos, hoy vienen a mi memoria para escribir un calendario…!cuando nacieron mis hijos, cuando eran tan pequeños y cuando en el inexorable transcurrir del tiempo, sus vidas fueron cambiando. Y hoy ya en la universidad… y hoy ya con sus frutos del amor.
A veces… eres tan cruel vida mía, que sólo la fe y el amor me permiten continuar, seguir caminando… seguir expresando en voz alta: ¡gracias… gracias… gracias!
Y gracias por todo lo concedido, por todo lo vivido…por todo lo que me has regalado, vida mía,… aún con recuerdos y ausencias.
¡Cuánta fe, cuánta fortaleza y cuánto coraje!...; para transformar una lágrima en sonrisa, un dolor en un gran amor… Es esta mano extendida, este corazón noble y generoso que hace que las situaciones… sean diferentes…que la felicidad de nuestros seres amados, sea “nuestra felicidad”. Que lo entregado, desde el corazón, sea la puerta siempre abierta a esta breve, pero intensa vida…
Blanca Lidia Adamo
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